18.3.11

"Poesía Costumbrista" de Mario Díaz Zobrado

 

 

 

Libro abierto_Para poema Mario Diaz Zobrado
Tres poemas de Mario Díaz Zobrado
Fuente: “Poesía Costumbrista: Chota –1-“. Editor: Jorge Berríos Alarcón. Carátula: César G. Saldaña Fernández

                                  Mario Díaz Zobrado.
                               Educador y poeta chotano

          

 
           Pecho Colorado

 

       Huanchaquito lindo,
       pecho colorao,
       cantas en mi chacra
       como un condenao.

       Mientes con tu canto
       pecho colorao,
       porque mientras te oigo
       acabas mis choclos,
       pecho colorao.

       Cuídate un poquito,
       huanchaco gritón,
       porque mi Pepito
       ya puso su trampa
       en el cebadal.

       No quiero que caigas,
       pecho colorao,
       porque prisionero
       ya no habrá quien cante
       dentro del maizal.

       Cuídate un poquito
       huanchaco gritón,
       mucho me distraes
       con tus lindos cantos,
       pecho colorao

 


           Así es mi china

 

       ¡Ay mi chinita
       añañaishita!
       es tan bonita,
       como florcita
       del palo shauco
       de la quebrada
       del Colpamayo.

       La candelita
       de sus ojitos
       alumbran mi alma
       como temprano,
       madrugadito,
       brilla orgulloso
       mi lucerito,
       ¡mi yuragachi!

       Esa trompita,
       berenjenita,
       bermelloncita
       roja, rojita
       como las flores
       del chochocón.

       ¡Mi chinita es linda!
       ¡esos andares!
       ¡como se cimbra!
       son sus caderas
       dos zapallitos
       muy maduritos
       que se estremecen
       después del trueno
       ¡con esos vientos!
       que andan tronando
       que andan bufando
       por Cañafisto.

       Cuando pastea
       sus blancas huishas,
       acompañada de su leal;
       mi china canta,
       se pone guapa
       salta cantando
       como un zorzal.

       Por esas pampas
       corre mi china,
       como un huachito,
       y con el viento
       se contonea
       y la acompañan
       en su alegría
       el lanche macho
       y el añashquero.

       Mi china rica,
       rica, ricura,
       senos turgentes
       como morenas
       regias mazorcas
       de maíz morocho.

       En la quebrada,
       mi china canta,
       lava sus piernas
       y las tunlitas,
       de tanto verlas,
       cantan alegres
       y se aparean,
       cuando descolorido
       se asoma el disco
       rojo del sol.

       Cuando me encuentro
       con mi chinita,
       le digo: ¡chola!
       ¡cholita linda!
       y ella se enoja,
       frunce las cejas,
       se pone negra,
       fea, hasta vieja
       y no se deja piropear.

       ¡Quítate pronto
       indio grajiento!
       ¡catay no sabes
       nada parlar
       por eso el Mashe,
       nada me parla,
       me abraza fuerte!
       ¡vieras lo que hace!
       ¡quítate gafo,
       patón poblano!
       pa´ ni siquiera
       darle la mano,

       Y mi chinita
       que tanto quiero
       saca el sombrero
       ¡que burla me hace!
       se pierde aurita
       con sus güishitas
       por allá arriba
       por la subida
       de Samangay.

 

 

 

           Los Campesinos

 

       ¡Ay! somos los campesinos
       que muy contentos vivimos
       en las laderas y en las playas,
       en las lomas y en las jalcas,

       Que triste vida la de la jalca,
       ni un pajarito se mueve,
       sólo se oye el frío aliento
       que a las chamizas da el viento.

       Allá en la jalca tengo mi choza,
       entre las pajas y el cielo plomo,
       sólo tengo por compañeros
       a mi perro choco con mis corderos.

       En la tristeza de la jalca fría,
       todo es silencio, no hay alegría,
       sin mariposas ni lindas flores,
       como si fuera alma sin amores.

       Campesino chotanito,
       en el campo eres señor,
       eres labriego pastor,
       jornalero y gran peón.

       Te socorres a la costa
       y allá sudas sin sentir,
       luego vuelves a tu Chota
       tuberculoso a morir.

       ¡Que viva! ¡que viva! ¡que viva!
       ¡que viva, la siempre viva!
       ¡que muera! ¡que muera! ¡que muera!
       la flor de la escorzonera,
       que las cosas de este mundo
       no duran toda la vida.

 

 

 

 

 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hola soy Homero Díaz Chavez hijo del señor Cesar Díaz Acuña hermano de Orlando Díaz Acuña ellos son hijos del señor Mario Díaz Sobrado... me gustaria conocerlos y mi papa también mi correo es h_homero555@hotmail.com
mi tlf: 044-233286 soy de Trujillo.

Anónimo dijo...

muy buen trabaj gracias me sirvio para mi tarea :D

Anónimo dijo...

es una alegria que mi abuelo este en el recuerdo de chota chota bieja y llena de recuerdo como mi abuelo













Jefferson SC dijo...

A mi igual nmms :v

Unknown dijo...

La vida y el amor en el campo resumida en un poema.la genealidad es propia de mi bisabuelo , un costumbrista en su máximo esplendor. Simplemente genial

Publicar un comentario