Antonio Cevallos Delgado. Chota, 1928 |
Tus Besos
¿Sabías que las deidades
calmaban sus finas ansias,
y divinas veleidades,
con néctares y fragancias?
¿Sabes tú que de las rosas
y otras flores perfumadas,
coloridas mariposas
liban mieles, delicadas?
Ni mariposas ni diosas,
con néctares y ambrosía,
con mucho orgullo confieso,
pueden disfrutar dichosas,
lo que siento vida mía,
cuanto tú me das un beso
Contienda
Te quiero siempre mujer,
a pesar de tus agravios;
yo sé que después tus labios
su néctar me harán beber.
Y te seguiré queriendo
pese a tus feas ofensas,
tú me dejas sin defensas
si veo que estás sufriendo.
Para qué seguir luchando
en esta lid desigual
si al final soy perdedor,
porque tú sigues usando
recurso muy especial:
dulces besos con AMOR!
Madre
Madre! Eres luz divina; Madre!, luz del cielo;
como música del agua en cristalina fuente
símbolo de paz, dulzura, de eterno consuelo;
jardín de aromas de ayer, que está presente.
¡Altar que representa el más noble sacrificio;
en templo consagrado por Dios al crucifijo!
con diaria penitencia, también con diario oficio,
cargando siempre a cuestas tu cruz y la del hijo.
Mar sereno es tu regazo con eterna calma;
tú prodigas la tranquilidad y el fin divino
de aquietar con firme fortaleza de tu alma,
las tormentas y las negras furias del camino.
Veo en sueños tus labios que siempre sonreían,
tus claros pensamientos que siempre estaban fijos,
en tus manos infinitas que a diario tejían,
bondad, ternura, amor, el futuro de tus hijos.
Doy ahora gracias al Señor, Madre querida,
por haberme concedido la inefable suerte,
de haber vivido en ti, por amor, toda tu vida;
sigues viviendo en mi corazón, toda tu muerte.
Otoñal
A la Sra. Clementina Castro Vda.
De La Torre al cumplir 100 años.
¿Quién es la dama de cuna,
que desde muy joven peina,
hilos de plata y de luna
como en corona de reina?
Su faz refleja belleza,
bondad, dulzura, prestancia;
su alma irradia nobleza
y delicada fragancia.
Es de porte majestuoso,
distinguido y soberano;
debe sentirse orgulloso
quien pueda besar su mano.
Su mirada es tibia brisa;
sus gestos y sus modales,
vienen como su sonrisa,
de romances virreinales.
Tiene el habla cervantina
y radiante simpatía;
es una flor vespertina,
de un jardín de fantasía.
¿Quién es pues la dama fina
de románticos antaños...?
La abuelita Clementina
en sus primeros cien años.
Oración de amor
Señor de la Divina Gracia,
Señor que todo lo ves,
deja llorar mi desgracia,
arrodillado a tus pies.
Tú pusiste en mi camino
a una mujer que adoro;
por ella Señor te imploro,
pues mi sentimiento es fino.
Ella es para mi una diosa
del más hermoso jardín;
no existe clavel ni rosa,
ni perfumado jazmín;
que, semeje la belleza
de mi delicada flor;
muero ahora de tristeza,
muero por ella de amor.
Si la pusiste en mi vía,
no es pecado ni es error,
sírveme, Señor, de guía,
oye mi triste clamor.
No es pecado ni es delito
amarla como la amo;
por eso Señor te clamo,
mi amor es infinito.
¿Por qué debo yo perderla
en lo mejor del camino?.
¿Por qué mi triste destino
me roba esta fina perla?
Quiero sentir su calor,
mientras ella no me olvida,
mas, si la pierdo, Señor,
¡quítame también la vida!
EI Día que me Quieras
El día que me quieras
el cielo será mío,
no existirá el frío,
el día que me quieras.
Lo que fueron quimeras
de un amor delirante,
con pasión desgarrante,
con las penas primeras,
serán las primaveras
con paisajes de vida;
se sanará mi herida
el día que me quieras.
Se escucharán gloriosos
los coros celestiales,
cual frescos, armoniosos
y dulces manantiales,
y brillarán seguras
de noche las estrellas,
borrándose las huellas
de antiguas amarguras.
Retornarán sonrisas
de fe y de alegría,
porque el amor un día
volvió de sus cenizas.
Jazmines y palmeras
y exóticas violetas,
se mecerán coquetas,
el día que me quieras.
Balcón Florido
Los recuerdos flotan como una quimera;
suspiros, sollozos, de tiernos amores,
que impregnan balaustres, macetas y flores,
con viejos aromas de antigua madera.
Balconcito florido de mi pueblo serrano,
cuántos años se han ido y aún sigo soñando;
la nostalgia y el tiempo nos están castigando,
sólo quedan recuerdos de un remoto verano.
Ya no luces pulido con un brillo elegante,
hoy pareces la historia de mil crónicas cuitas;
de tristeza unas flores agonizan marchitas,
porque sufren la ausencia de la flor más fragante.
Ya no están esos ojos que robaban el sueño,
ni los bucles de seda, ni su cara chaposa,
la sonrisa de cielo de sus labios de rosa;
cuánto quise en un día ser su idílico dueño.
Su voz era el canto de un alegre ruiseñor;
brillaba el sol y al verla, de dicha sonreía;
en las noches de luna un lucero parecía,
era bella y discreta cual poema de amor.
He cerrado los ojos y de nuevo he soñado,
con tu dueña, las flores y aquel tibio verano,
me he sentido dichoso pero sé que he llorado,
balconcito florido de mi pueblo serrano.
Dos Cruces
El amor llegó un día en alas de los vientos,
llenando nuestras vidas de tiernas fantasías;
jamás hubo un reproche ni nunca hubo lamentos,
y así resplandecieron mil y un gloriosos días.
Despiertos contemplamos paisajes muy lejanos,
veíamos los sueños volar por el Ocaso;
felices nuestras almas, unidos por las manos;
el amor y el adiós llegan así paso a paso.
Esta ilusión que fuera como radiantes luces,
con fuegos y calores de un romántico estío,
después fue consumiendo su fuego por el frío
que vino del destino cual hielo desprendido;
nunca supimos cómo, pero llegó el olvido.
Dejamos en un monte clavadas tristes cruces...
Sentimental
Yo quiero vivir para sentirme dueño
de tus manos, de tus labios, de tus ojos
y que accedas, amorosa y con empeño
a mis ruego, mis caprichos, mis enojos.
Quiero vivir confundido con tu alma
y gozar de la tranquila y tibia brisa,
noche o día, con tormentas o en calma,
de tu aliento, de tu voz, de tu sonrisa.
Pido a Dios, a las estrellas a la luna,
que si llega tormentosa la partida
o se pierdan para siempre nuestros lazos,
me reserve mi destino la fortuna,
al quebrarse lo más bello de la vida,
de dormirme para siempre entre tus brazos.
Torbellino
¿Sabes que tienes los ojos
muy seductores y hermosos
y tus labios siempre rojos,
purpurinos y jugosos,
que probarlos debe ser,
el más grande de los goces,
un verdadero placer
sólo digno de los dioses?
Vuela al aire tu cabello,
brilla tu piel capulí;
de lujo tienes el cuello,
las mejillas carmesí.
Es deleite a la mirada
del más refinado gusto,
la sutil y delicada
línea curva de tu busto.
Aunque llegue a la locura,
yo debo admirar galante,
tu primorosa cintura
y tu cadera arrogante.
Tienen musical cadencia
que es rítmica a la vez
la belleza, la apariencia
de tus piernas y tus pies.
Torbellino arrollador,
muñequita dulce, inquieta,
golondrina, ruiseñor,
gentil, sensual y coqueta;
tu perfume vuela al viento,
fina fragancia de azahar;
te pregunto lo que siento;
¿Tienes tiempo para amar?
Himeneo
A Tito e Ilia Lara
Hoy celebran con campanas una boda,
en un día muy brillante, esplendoroso,
una novia que está bella; él, hermoso,
y las gentes elegantes y a la moda.
La pareja se conoce desde antaño;
para ellos todo el tiempo es verbo amar,
y renuevan viejos votos, en altar,
en las nupcias más solemnes de este año.
La fiesta es muy grata, el día destella,
por ellos que se aman desde muy temprano,
felices recuerdan, tomando su mano,
cuando él era un doncel y ella doncella.
Les llovieron bendiciones de los cielos,
a los novios que se quieren con locura;
y al decirle "si acepto" al Señor Cura,
sólo sueñan tiernamente en ser ABUELOS!
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