10.4.11

“Versos de Otoño” de Antonio Cevallos Delgado. 2ª Parte

 

 

 

Libro abierto_Para poema Antonio Cevallos Delgado
 

Antonio Cevallos Delgado.    Chota, 1928
Médico,  Mayor General FAP  y poeta.

           Tus Besos

 

¿Sabías que las deidades

calmaban sus finas ansias,

y divinas veleidades,

con néctares y fragancias?

 

¿Sabes tú que de las rosas

y otras flores perfumadas,

coloridas mariposas

liban mieles, delicadas?

 

Ni mariposas ni diosas,

con néctares y ambrosía,

con mucho orgullo confieso,

pueden disfrutar dichosas,

lo que siento vida mía,

cuanto tú me das un beso

 

 

             Contienda

 

Te quiero siempre mujer,

a pesar de tus agravios;

yo sé que después tus labios

su néctar me harán beber.

 

Y te seguiré queriendo

pese a tus feas ofensas,

tú me dejas sin defensas

si veo que estás sufriendo.

 

Para qué seguir luchando

en esta lid desigual

si al final soy perdedor,

porque tú sigues usando

recurso muy especial:

dulces besos con AMOR!

 

 

             Madre

 

Madre! Eres luz divina; Madre!, luz del cielo;

como música del agua en cristalina fuente

símbolo de paz, dulzura, de eterno consuelo;

jardín de aromas de ayer, que está presente.

 

¡Altar que representa el más noble sacrificio;

en templo consagrado por Dios al crucifijo!

con diaria penitencia, también con diario oficio,

cargando siempre a cuestas tu cruz y la del hijo.

 

Mar sereno es tu regazo con eterna calma;

tú prodigas la tranquilidad y el fin divino

de aquietar con firme fortaleza de tu alma,

las tormentas y las negras furias del camino.

 

Veo en sueños tus labios que siempre sonreían,

tus claros pensamientos que siempre estaban fijos,

en tus manos infinitas que a diario tejían,

bondad, ternura, amor, el futuro de tus hijos.

 

Doy ahora gracias al Señor, Madre querida,

por haberme concedido la inefable suerte,

de haber vivido en ti, por amor, toda tu vida;

sigues viviendo en mi corazón, toda tu muerte.

 

   

           Otoñal

 

A la Sra. Clementina Castro Vda.
De La Torre al cumplir 100 años.

¿Quién es la dama de cuna,

que desde muy joven peina,

hilos de plata y de luna

como en corona de reina?

 

Su faz refleja belleza,

bondad, dulzura, prestancia;

su alma irradia nobleza

y delicada fragancia.

 

Es de porte majestuoso,

distinguido y soberano;

debe sentirse orgulloso

quien pueda besar su mano.

 

Su mirada es tibia brisa;

sus gestos y sus modales,

vienen como su sonrisa,

de romances virreinales.

 

Tiene el habla cervantina

y radiante simpatía;

es una flor vespertina,

de un jardín de fantasía.

 

¿Quién es pues la dama fina

de románticos antaños...?

La abuelita Clementina

en sus primeros cien años.

 

   

           Oración de amor

 

Señor de la Divina Gracia,

Señor que todo lo ves,

deja llorar mi desgracia,

arrodillado a tus pies.

 

Tú pusiste en mi camino

a una mujer que adoro;

por ella Señor te imploro,

pues mi sentimiento es fino.

 

Ella es para mi una diosa

del más hermoso jardín;

no existe clavel ni rosa,

ni perfumado jazmín;

que, semeje la belleza

de mi delicada flor;

muero ahora de tristeza,

muero por ella de amor.

 

Si la pusiste en mi vía,

no es pecado ni es error,

sírveme, Señor, de guía,

oye mi triste clamor.

No es pecado ni es delito

amarla como la amo;

por eso Señor te clamo,

mi amor es infinito.

 

¿Por qué debo yo perderla

en lo mejor del camino?.

¿Por qué mi triste destino

me roba esta fina perla?

 

Quiero sentir su calor,

mientras ella no me olvida,

mas, si la pierdo, Señor,

¡quítame también la vida!

 

   

           EI Día que me Quieras

 

El día que me quieras

el cielo será mío,

no existirá el frío,

el día que me quieras.

 

Lo que fueron quimeras

de un amor delirante,

con pasión desgarrante,

con las penas primeras,

serán las primaveras

con paisajes de vida;

se sanará mi herida

el día que me quieras.

 

Se escucharán gloriosos

los coros celestiales,

cual frescos, armoniosos

y dulces manantiales,

y brillarán seguras

de noche las estrellas,

borrándose las huellas

de antiguas amarguras.

 

Retornarán sonrisas

de fe y de alegría,

porque el amor un día

volvió de sus cenizas.

Jazmines y palmeras

y exóticas violetas,

se mecerán coquetas,

el día que me quieras.

   

 

           Balcón Florido

 

Los recuerdos flotan como una quimera;

suspiros, sollozos, de tiernos amores,

que impregnan balaustres, macetas y flores,

con viejos aromas de antigua madera.

 

Balconcito florido de mi pueblo serrano,

cuántos años se han ido y aún sigo soñando;

la nostalgia y el tiempo nos están castigando,

sólo quedan recuerdos de un remoto verano.

 

Ya no luces pulido con un brillo elegante,

hoy pareces la historia de mil crónicas cuitas;

de tristeza unas flores agonizan marchitas,

porque sufren la ausencia de la flor más fragante.

 

Ya no están esos ojos que robaban el sueño,

ni los bucles de seda, ni su cara chaposa,

la sonrisa de cielo de sus labios de rosa;

cuánto quise en un día ser su idílico dueño.

 

Su voz era el canto de un alegre ruiseñor;

brillaba el sol y al verla, de dicha sonreía;

en las noches de luna un lucero parecía,

era bella y discreta cual poema de amor.

 

He cerrado los ojos y de nuevo he soñado,

con tu dueña, las flores y aquel tibio verano,

me he sentido dichoso pero sé que he llorado,

balconcito florido de mi pueblo serrano.

 

   

           Dos Cruces

 

El amor llegó un día en alas de los vientos,

llenando nuestras vidas de tiernas fantasías;

jamás hubo un reproche ni nunca hubo lamentos,

y así resplandecieron mil y un gloriosos días.

 

Despiertos contemplamos paisajes muy lejanos,

veíamos los sueños volar por el Ocaso;

felices nuestras almas, unidos por las manos;

el amor y el adiós llegan así paso a paso.

 

Esta ilusión que fuera como radiantes luces,

con fuegos y calores de un romántico estío,

después fue consumiendo su fuego por el frío

que vino del destino cual hielo desprendido;

nunca supimos cómo, pero llegó el olvido.

Dejamos en un monte clavadas tristes cruces...

 

   

           Sentimental

 

Yo quiero vivir para sentirme dueño

de tus manos, de tus labios, de tus ojos

y que accedas, amorosa y con empeño

a mis ruego, mis caprichos, mis enojos.

 

Quiero vivir confundido con tu alma

y gozar de la tranquila y tibia brisa,

noche o día, con tormentas o en calma,

de tu aliento, de tu voz, de tu sonrisa.

 

Pido a Dios, a las estrellas a la luna,

que si llega tormentosa la partida

o se pierdan para siempre nuestros lazos,

me reserve mi destino la fortuna,

al quebrarse lo más bello de la vida,

de dormirme para siempre entre tus brazos.

   

 

           Torbellino

 

¿Sabes que tienes los ojos

muy seductores y hermosos

y tus labios siempre rojos,

purpurinos y jugosos,

que probarlos debe ser,

el más grande de los goces,

un verdadero placer

sólo digno de los dioses?

 

Vuela al aire tu cabello,

brilla tu piel capulí;

de lujo tienes el cuello,

las mejillas carmesí.

Es deleite a la mirada

del más refinado gusto,

la sutil y delicada

línea curva de tu busto.

 

Aunque llegue a la locura,

yo debo admirar galante,

tu primorosa cintura

y tu cadera arrogante.

Tienen musical cadencia

que es rítmica a la vez

la belleza, la apariencia

de tus piernas y tus pies.

 

Torbellino arrollador,

muñequita dulce, inquieta,

golondrina, ruiseñor,

gentil, sensual y coqueta;

tu perfume vuela al viento,

fina fragancia de azahar;

te pregunto lo que siento;

¿Tienes tiempo para amar?

   

 

           Himeneo

 

A Tito e Ilia Lara

Hoy celebran con campanas una boda,

en un día muy brillante, esplendoroso,

una novia que está bella; él, hermoso,

y las gentes elegantes y a la moda.

 

La pareja se conoce desde antaño;

para ellos todo el tiempo es verbo amar,

y renuevan viejos votos, en altar,

en las nupcias más solemnes de este año.

 

La fiesta es muy grata, el día destella,

por ellos que se aman desde muy temprano,

felices recuerdan, tomando su mano,

cuando él era un doncel y ella doncella.

 

Les llovieron bendiciones de los cielos,

a los novios que se quieren con locura;

y al decirle "si acepto" al Señor Cura,

sólo sueñan tiernamente en ser ABUELOS!

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