21.7.13

El retorno de Anita

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El Escorpión
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Volvió como de un sueño y cuando entró a su casa hasta su perrito se fue hacia el jardín. Volvió con su carita de pena y con un corte de pelo extraño. Volvió con el mismo pantalón jean con el que había salido de su hogar detrás de un hombre, dejando a su madre triste de tanto rogarle de que no deje a la familia. Volvió sin la maleta familiar ni las ganas de hacer su vida sola, junto a él.

Anita se paró en la sala y se notaba de lejos que había llorado mucho. Necesitaba un abrazo de perdón, de ayuda, un abrazo familiar como en los viejos tiempos en que todo estaba bien, pese a que papá había muerto.

Sin embargo, su perrito seguía en el jardín sin dar un solo ladrido; su hermano mayor se había encerrado en su cuarto para no verla; su hermana menor seguía en la sala, pero en silencio; su madre no quería salir de la cocina. Es que ella nunca había entendido razones y había perseguido de todas maneras al hombre que la sacó de su casa con engaños. Luego de conseguir su propósito, la golpeó, la humilló, y hasta quiso alquilarla a sus amigos.

Por eso volvió Anita a pedir perdón. Se paró largo rato casi en medio de la sala sin decir palabra alguna. Estuvo ahí como pidiendo perdón en silencio cerca de media hora, respirando lentamente. Empezó a llorar en silencio y de pronto su perrito ladró fuerte en el jardín, y ella lloró aún más. Entonces su hermano mayor salió de su cuarto, su hermana se puso a llorar también y su madre salió de la cocina. Después todos se abrazaron en medio de la sala a llorar juntos como cuando murió papá.



Fuente: Diario “La Primera”, Publicado: Jueves 11 de julio del 2013

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