5.10.15

Sistema de pesas, medidas y otras formas de compra y venta de artículos en Chota. 1952

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Por: Segundo L. Rojas Gasco



Durante los años que viví en Chota -1935 al 1952-, el sistema de pesas, medidas y otras formas de comprar y vender artículos, era diferente al actual. Era herencia de la época colonial y de los primeros años de la república.
No había mercado de abastos y las transacciones comerciales se realizaban los días domingos en la Plaza de Armas. Allí los vendedores se ubicaban en determinados sitios, según sus productos: frente al local del Colegio San Juan, se instalaban los carniceros (de res, chancho, carnero); enseguida se ubicaban los que vendían frutas, verduras y quesos; al otro lado de la Plaza de Armas, frente al kiosco, se ubicaban los vendedores de cereales y tubérculos, colocados en costales (maíz, cebada, frejoles, lentejas, arvejas, papas, camotes, racachas, yucas, etc.). Aquí los chotanos compraban al por mayor, para toda la semana, y en las tiendas al menudeo durante los días de la semana.
Yo tenía experiencia porque ayudaba como vendedor en la tienda de mis padres cerca a la Plaza de Armas.

Pesas

La unidad de medida de pesas era la libra, equivalente a 460 gramos o 16 onzas. Todas las tiendas de Chota vendían por libras, medias libras, un cuarto de libra, una onza, media onza, etc., etc.
Recuerdo muy bien que vendían por libras el arroz, azúcar, menestras, fideos, harina, coca, chochoca, pepián, café. Por onzas vendían las anilinas.

Capacidad

Todos los licores, la leche, gaseosas, kerosene y gasolina se vendían por botellas.

Longitud

Se empleaba la vara que mide 83 centímetros. Se vendía por varas las telas, los terrenos.

Otras formas de comprar y vender

1) La carne de carnero la vendían por cuartos. Mi mamá cuando iba a comprar carne de carnero, pedía: véndame un cuarto de carnero; y le despachaban una pierna o un brazo, con una porción de cabeza, con la que preparaba un exquisito caldo de cabeza.
2) Todos los cereales se vendían por almudes. Almud es un cajón de madera, abierto por un lado, en el que se vertían los cereales.
3) La leña se vendía por tercios. La leña era un artículo muy necesario en aquellos años, porque no había gas. Lo de tercio se refiere a que la leña la vendían los campesinos en 3 bultos (las rajas de leña bien amarradas) colocados sobre el lomo del burro; a cada bulto se llamaba tercio.
4) La alfalfa también se vendía por tercios. Igual modalidad que la leña.
5) Los viros, son tallos de maíz, que tienen un sabor muy dulce. Se vendían también por tercios pero eran pequeños. Los viros del Calvario eran exquisitos.
6) El mote mote. Son frutos blancos, pequeños, pero de un sabor exquisito. El mote mote lo vendían por mates. Los niños pedíamos: véndame medio de mote mote, luego abríamos los bolsillos del pantalón y la vendedora llenaba un mate de mote mote y lo vaciaba en nuestros bolsillos. Igual pasaba con los capulíes.

Instrumentos de Medida

1. La balanza artesanal. La elaboraban algunos pequeños comerciantes chotanos. Consistía en un palo (varilla) horizontal y 2 platillos de hojalata que se unían al palo horizontal mediante 3 pitas. En uno de los platillos se colocaba la pesa y en el otro el artículo por pesar.
2. Balanza metálica. Su estructura era igual que la artesanal, pero los materiales de su fabricación eran el aluminio o bronce.
3. La Romana. Consta de una argolla superior para introducir el dedo medio y sostenerla; un cuerpo central con resortes interiores y, en el exterior una placa metálica graduada en libras, medias libras, etc.; y en la parte inferior un gancho para insertar los artículos por pesar.
4. La romanilla. De igual estructura que la Romana, para artículos de menor peso.
5. Balanzas de mesa. Como su nombre lo indica, se colocaban sobre una mesa o mostrador, tenían una base cuadrada de la cual salía un eje que terminaba en 3 pequeños brazos para sostener el plato donde se colocaba el artículo por pesar. Lleva una varilla horizontal graduada en libras, con un índice pulsor para indicar el peso del artículo.
6. Balanza de pedestal. Se empleaba para pesar costales de menestras o piezas grandes de carnes.
7. Libra de bronce. Pesa una libra, es de bronce, de forma tronco cónica invertida; conformada por cinco pequeñas pesas (media libra, ¼, 1/8, 1/16, 1/32) de igual forma pero todas cóncavas y por eso se introducían una a otra hasta terminar en una caja con su tapa y su seguro.
8. Balanzas de precisión. Las empleaban los boticarios para pesar las sustancias farmacéuticas. Recuerdo la balanza que utilizaba el farmacéutico Antonio Soto Burga; era una balanza pequeña muy sensible al peso. En esa balanza el Señor Soto Burga pesaba los fármacos en polvo que, mezclados con líquidos especiales, daban como resultado las famosas cucharadas del Señor Soto, que curaban los empachos, los dolores de barriga, las diarreas; y también para preparar las lavativas, y curar la bronquitis y el asma.
Que sea ésta la oportunidad para agradecer al farmacéutico Antonio Soto Burga, por haber sido nuestro médico de emergencias durante los años que no tuvimos médico cirujano. Su nombre completo es Manuel Antonio Soto Burga.
El Señor Soto Burga nos dejó muy buenos herederos:
  • El Dr. José Soto Cadenillas, médico cirujano, muy querido en Chota, amigo de todos los chotanos, amable en su trato. Fue Director del Hospital de Chota durante muchos años y, por eso, en su homenaje ese hospital lleva su nombre.
  • El Dr. Oscar Antonio Soto Cadenillas, médico cirujano, que vivió en la República de Panamá, donde llegó a ser Vice Ministro de Salud.
  • El Químico-Farmacéutico Alberto Soto Cadenillas; también un destacado profesional y gran amigo.
  • El Odontólogo Víctor Soto Cadenillas, destacado profesional, mi amigo. Tenía una farmacia en el distrito de San Luis (su esposa era farmacéutica), cerca a mi casa, en Lima, y por eso iba a visitarlo para conversar y recordar diferentes episodios de nuestra querida Chota. Víctor tiene una hija también odontóloga, la Dra. Rosario Soto.

ALGUNAS REFLEXIONES

Al terminar el presente artículo debo escribir algunas reflexiones:
Durante el tiempo que viví en Chota -1935 al 1952-, las actividades de compra venta eran más humanas, más fraternas que ahora. Empezaban con el saludo del comprador:
— Buenos días vecino (o Señor fulano de tal).
El vendedor contestaba el saludo:
— Buenos días vecino, en qué puedo atenderlo.
Terminada la compra y después de pagar la cuenta, el comprador se despedía:
— Muchas gracias, vecino, hasta luego.
Y el vendedor, respondía:
— No hay de qué, saludos a su mamacita.
En estas actividades el saludo es algo muy especial, de mucha importancia, porque nos identifica como seres humanos de este mundo, y nos diferencia de los otros seres vivos.
Ahora, en las ciudades importantes de nuestra patria, existen varias formas de comprar y vender, una de ellas es la que presenta los artículos en congeladoras con sus precios de venta. El comprador inserta una moneda y el artículo cae a una bandeja inferior, y el comprador puede recibir el vuelto si es que lo hubiera. En esta actividad no hay vendedor, solamente hay un comprador mudo, no hay saludo. Tengo la esperanza que esto no suceda en Chota y que la relación de compra y venta siga siendo fraterna, humana y muy amigable.








































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